El cerebro
racional
La corteza cerebral es la capa externa del cerebro y constituye el 80
por ciento del total del cerebro humano. Esta corteza se divide en cuatro
lóbulos diferentes: el lóbulo occipital, que se encuentra en la parte posterior
y maneja la información visual; el lóbulo parietal, que está involucrado en el
procesamiento de la información sensorial y espacial; el lóbulo temporal que
actúa sobre el lenguaje y la memoria. Así mismo, en la parte más frontal o
anterior, se sitúan los lóbulos frontales, una de las regiones fundamentales
del cerebro humano, puesto que se trata de un área muy desarrollada.
La mayoría de las
investigaciones sobre la agresión y la violencia se ha enfocado a las partes
anteriores del cerebro, que influyen los lóbulos temporales y frontales.
En estos estudios se ha descubierto el importante papel que juega una
subdivisión de los lóbulos conocida como las áreas prefrontales y situadas en
la región más al frente de ellos. Esta
zona está involucrada en la capacidad de abstracción y en la inteligencia, la
planeación, la inhibición, de conductas inapropiadas y la regulación de
las emociones, funciones que resultan de suma relevancia para comprender la
conducta criminal.
En contraste, la parte más posterior de la corteza frontal (las cortezas
premotora y motora) está involucrada en las funciones sensoriales, motoras y de
orientación. La importancia de la corteza prefrontal en las funciones
intelectuales y la conducta social.
La corteza prefrontal se subdivide en corteza medial, dorsolateral y
orbitofrontal; se ha comprobado que alteraciones en esta última produce
conducta antisocial y violenta. La corteza prefrontal es el área o centro
de nuestra autoconciencia, y su desarrollo que ha permitido que la humanidad
cree civilizaciones que generen arte, ciencia, cultura e instituciones
sociales.
Es precisamente en estas áreas donde localizamos el lugar de
nuestra intelectualidad, de nuestro pensamiento, de nuestra personalidad e
identidad, así como de la integración de las emociones con el pensamiento. Se
puede decir que es el "puesto de mando".
Fuente: Libro “Mentes Asesinas” Dra. Feggy Ostrosky
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